Cómo influye la luz en tus emociones

El ambiente que nos rodea influye más en nosotros de lo que creemos. Aunque nos guste pensar que somos seres 100 por ciento racionales y que nuestra conducta está basada en las decisiones conscientes que tomamos, la ciencia ha demostrado que hay una buena parte de nuestro comportamiento y emociones que están ligados a un factor no visual: nuestra respuesta bioquímica a la luz.

La luz solar, vital desde el principio de los tiempos, es la fuente que nutre de energía a los seres vivos, es como un “ingrediente” para el origen de la vida misma. Así como las plantas reaccionan al sol para realizar la fotosíntesis, o como los animales determinan, de acuerdo con la luz, el mejor tiempo para migrar, cazar o dormir, el cuerpo humano está configurado a nivel celular para reaccionar ante el estímulo de la luz.

El reloj interno que nos controla

Los estímulos lumínicos regulan los ciclos de actividad del organismo. Conocido como el ritmo circadiano —cercano al día— nuestro reloj interno ayuda al cuerpo a sincronizar nuestros ciclos de vigilia y sueño con el día y la noche; además, controla otros procesos que van desde el metabolismo hasta el sistema nervioso y nuestro estado de ánimo. El ritmo circadiano es la conexión directa entre la luz, los tiempos del organismo y las hormonas.

Este reloj puede alterarse por la cantidad de luz que recibimos. En la tarde al bajar la intensidad de la luz natural, nuestro cuerpo disminuye la producción de cortisol —la hormona de la energía— y produce melatonina —la hormona del sueño— para ayudarnos a pasar a un estado de relajación; sin embargo, si justo antes de dormir nos exponemos a luces intensas (como las que emiten las pantallas de los dispositivos electrónicos) podemos alterar la generación de esta hormona y afectar nuestro sueño. Por esta razón, los investigadores recomiendan imitar lo natural a través de las luces artificiales, y antes de dormir evitar exponerse a luces brillantes y en tonos azules, que se asemejan a la luz del sol, y tienen una temperatura de color arriba de los 6 mil kelvin (K). La melatonina se estimula cuando nos exponemos a temperaturas de color cálidas (entre 2,700 y 3,000 K), al aumentar nuestros niveles de esta hormona se nos facilitará conciliar el sueño, de ahí la importancia de elegir la temperatura de color adecuada para cada momento y espacio.

La intensidad de la luz “calienta o enfría” las emociones 

Los descubrimientos más recientes indican que la luz no solo afecta nuestro ritmo circadiano, sino que influye en la forma como percibimos la realidad emocionalmente.

Según un estudio publicado en el “Journal of Consumer Psychology”, realizado en la Universidad de Toronto Scarborough, Canadá, y en la Universidad de Northwestern en EE. UU., cuando la luz es más intensa, más fuertes se vuelven nuestras emociones. Se puede decir que sentimos más intensamente cuando estamos rodeados de luz brillante; esto aplica tanto para emociones positivas como negativas: a más luz, lo bueno se siente aún mejor y lo malo se siente peor.

En cambio, cuando la iluminación es de baja intensidad, nuestro estado de ánimo se vuelve más tranquilo y relajado, permitiéndonos tomar decisiones menos emocionales; se puede decir que cuando hay menos luz, la intensidad de nuestras emociones se “enfría”.

Estas investigaciones dirigidas por Alison Jing Xu y Aparna A. Labroo, explican este fenómeno porque nuestro cerebro interpreta la luz brillante como un aumento en la temperatura y esa percepción “calienta” nuestro estado emocional.

Controla la luz, influye en tu estado de ánimo

El uso de la iluminación para manipular o alterar nuestras emociones es posible. Reflexionar sobre el tipo de iluminación que utilizamos en nuestro hogar, el espacio donde pasamos buena parte de nuestras vidas, es primordial para crear el ambiente que nos otorgue el mayor beneficio emocional.

Por ejemplo, si lo que buscas al despertar es activarte y estar de buen humor, puedes utilizar al anochecer luces tenues en tonalidades rojas —que estimulan el sistema nervioso simpático y generan relajación—, además, si cuidas que durante el sueño tu recámara esté lo más oscura posible, y al amanecer vas subiendo gradualmente la intensidad de la luz en un tono azul, puedes tener un despertar lleno de energía y emociones positivas.

Si vas a tener una conversación difícil y quieres evitar una acalorada discusión, lo mejor será crear un ambiente con iluminación tenue y de color verde, que reduce el estrés, produce una sensación de tranquilidad y aumenta el sentimiento de confianza.

Ahora que, si lo que quieres es hacer una fiesta memorable, puedes utilizar luces parpadeantes y con cambios de color para producir en el cerebro de tus invitados una sensación de adrenalina, que es justo lo que sentimos cuando vamos a una discoteca.

Las posibilidades son muchas, ¿te atreves a experimentar con ellas?, conoce todos los productos de Tecnolite Connect y aprovecha el potencial de la luz para generar el mayor bienestar emocional en tu hogar.