Enseñando o estudiando en casa: usa la luz a tu favor.

En Tecnolite Connect queremos empezar felicitando especialmente en su día a todos los profesores (15 de mayo) y estudiantes (23 de mayo), pues si de por sí no son labores fáciles, ahora que se hacen con la limitante de estar en casa, desde hace más de un año, merecen un extra de admiración.

La nueva era a la que entramos aceleradamente debido a la situación de salud mundial, nos lanzó al ruedo prácticamente sin preparación, y fue así como de un momento a otro, muchos tuvimos que convertir nuestro hogar en salón de clases, escuela y oficina, entre otras incontables facetas.

Por un lado, esto presenta sus puntos positivos, como evitarnos pérdida de tiempo en desplazamientos, estrés por el tráfico, la posibilidad de que por algo ajeno a nuestro control lleguemos tarde a dar o recibir las clases, gasto en transporte o combustible, aprendizaje intensivo del uso de nuevas tecnologías… pero por otro, nos trajo la falta de sociabilización con los compañeros durante los recesos, el trato cara a cara entre profesores y alumnos, el no cambiar de aires ni de espacio para hacer cada una de nuestras rutinas y el tener que arreglárnoslas con lo que tenemos disponible en casa. 

Trabajar en el hogar, ya sea como maestro o como alumno, no es cualquier cosa: no se trata solo de encender la computadora de tal a tal hora, dar lo mejor de nosotros, participar, evitar distracciones y apegarnos a una nueva disciplina. 

Lo creamos o no, el rendimiento personal se ve directamente influenciado ya no solo por el entorno en el que trabajamos, sino por la luz que recibimos durante cada jornada. Y va aun más allá: el funcionamiento de nuestro cuerpo se afecta profundamente al estar continuamente expuesto a la luz azul de las pantallas de computadoras, televisores, tabletas y celulares, hecho que ocurre prácticamente durante las horas que estamos despiertos.

Se ha comprobado, mediante estudios científicos, que esta luz azul emitida por los aparatos, e incluso por las lámparas, interfiere con los procesos metabólicos del organismo humano: inhibe la producción de melatonina en el cerebro (la hormona responsable de que nos dé sueño y podamos permanecer dormidos durante las horas de oscuridad), aumenta los niveles de glucosa en sangre, baja los niveles de leptina (la hormona que nos provoca la sensación de saciedad luego de comer) y va degenerando nuestra capacidad visual, además de que la proximidad con las pantallas provoca malestares en los ojos como resequedad, dolor, cansancio o hinchazón de párpados.

Sin embargo, no todo es negativo respecto a la luz azul, pues el mismísimo sol la emite durante las mañanas y los mediodías, con el fin de mantenernos despiertos, alertas, enfocados y con energía. Y al atardecer, su radiación empieza a ser de tonos ocres, anaranjados y rojizos, para ir relajando al cuerpo y preparándolo a que secrete melatonina, con el fin de que descansemos durante la noche. Así es como ha funcionado el ser humano desde hace cientos de miles de años, alternando ciclos de vigilia y reposo estrechamente ligados a la tonalidad e intensidad de la luz natural, a lo largo de las 24 horas del día. El problema es que, en la actualidad, prolongamos artificialmente la exposición a la luz azul y nos privamos de este sabio equilibro, desestabilizando nuestros sistemas. 

¿Qué hacer? ¡Aquí es donde Tecnolite Connect te tiene una buena noticia! Con nuestras lámparas inteligentes, que puedes regular en tono e intensidad según el espacio donde te encuentres, la tarea que estés realizando y la hora del día, puedes crear el entorno ideal para contrarrestar lo nocivo de permanecer por horas frente a las pantallas, primero por trabajo y luego por esparcimiento. 

Toma nota de estos tips:

  • Si no es posible que sitúes tu estancia de trabajo junto a una fuente de luz natural, la clave es emular con los focos la tonalidad natural del sol según la hora. 
  • Por la mañana, utiliza luz blanca y brillante, pero antes del atardecer, será hora de cambiar a luz cálida, e ir atenuando la intensidad conforme se acerque la noche. Para esto son ideales nuestros focos Glow Smart
  • Ubica la pantalla de modo que no refleje la luz de las lámparas o el sol, así no generará brillos que molesten tu vista.
  • Automatiza rutinas programando los focos para que vayan creando la escena deseada según la hora del día y tu necesidad.
  • Ilumina el área de trabajo y estudio con plafones, pues entre más a ras de techo esté la fuente de iluminación, menor cantidad de sombras se proyectará sobre la zona. Nuestro plafón Domus IV Smart atenuable y con capacidad de dar luz cálida y fría, puede ser una gran opción.
  • Desconéctate de cualquier tipo de pantalla entre dos a tres horas antes de irte a la cama, para ir conduciendo al cuerpo hacia un sueño reparador. De otro modo, el cerebro cree que todavía es de día y te va a costar más dormirte, con lo cual tu rendimiento al día siguiente será menor.
  • Habilita la iluminación en modo nocturno disponible en la mayoría de los teléfonos móviles y computadoras. Éste se activa de forma automática al anochecer en tu huso horario, cambiándose a una tonalidad naranja.
  • Utiliza gafas protectoras con filtro para luz azul (suelen ser color ámbar). 
  • Sigue la regla 20-20-20, creada para cuidar la salud de los ojos: cada 20 minutos de exposición a una pantalla, posa tu mirada a 20 pies (6 metros), durante 20 segundos. Esto es conveniente porque al estar fijando la vista, los ojos dejan de enfocar a distintas distancias, que a la larga los hace perder tono.
  • Usa lámparas de escritorio para lectura en papel y escritura a mano, procurando que la luz ilumine directamente desde arriba, para leer, y desde encima del hombro opuesto a la mano que usas al escribir.

Datos exprés:

  • El espectro visible de la luz va de los 380 (extremo justo después del ultravioleta) a los 750 nanómetros (extremo rojo, justo antes de los infrarrojos). 
  • La luz azul se encuentra entre los 380 nm y los 475 nm.
  • La temperatura color se mide en grados Kelvin, chécala en nuestros focos y utilízala para tu propósito. 
  • La luz cálida (que contrarresta los efectos nocivos de la luz azul en el organismo) va de los 2700 K a los 3500 K. Úsala del atardecer y por la noche, antes de dormir.
  • La luz blanca y brillante va de los 3500 K a los 5000 K (desde los 4000 K ya empieza a haber presencia notable de luz azul). Úsala del mediodía al atardecer.
  • La luz fría o azul va de los 5000 a los 6500 K. Es ideal durante las mañanas y el mediodía.
  • La luz azul de los dispositivos va de los 6500 K a los 10500 K. Limita tu exposición y usa lentes con filtros especiales.

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